Cuando hablamos de acabados aparentes nos referimos a aquellos elementos arquitectónicos que muestran de manera directa el material del que fueron construidos, sin colocarle ninguna otra capa de material como recubrimiento.
En el caso de los muros uno de los materiales más comunes es el tabique rojo, dado que se puede utilizar para fachadas, interiores y bardas. Este material destaca por sus diferentes tipos de hiladas, ya que con él se pueden generar distintos acomodos e incluso usarse para crear celosías que permitan el paso de la luz y el viento, generando espacios más agradables.
En las casas construidas de madera se puede mantener un acabado aparente siempre y cuando se hayan colocado los aditivos necesarios para protegerlos de la humedad y hongos, así mismo es necesario aplicar una capa de protección contra incendios que recomiende el especialista. Una de las propiedades de la madera es su aislamiento térmico que ayuda a mantener un ambiente cálido en el interior de las viviendas, por lo que es ideal para lugares con climas fríos. La madera también se puede usar para construir pérgolas para comedores o estancias exteriores.
Las celosías de madera se pueden utilizar para dividir espacios interiores y/o fachadas para crear efectos de luz y sombra que generan espacios únicos.
Actualmente se encuentra en auge el uso de concreto aparente para todo tipo de construcciones dado que es muy versátil, además este material tiene una alta resistencia por lo tanto no requiere de mucho mantenimiento y se puede utilizar en muros, losas, escaleras y pisos dando un aspecto moderno a la construcción.
Se le pueden dar diferentes texturas y acabados a este material e incluso cambiar su color si se le añade un pigmento en polvo a la mezcla.
Podemos optar por los diferentes tipos de acabados aparentes de acuerdo a nuestras preferencias estéticas o por el presupuesto de la obra, ya que este método representa un ahorro de material, mano de obra y tiempo.